Defender las ideas no puede costar la vida. Nuestro compromiso es con la defensa de la vida, la diferencia y el respeto profundo por la democracia.
La violencia política en Colombia no es un problema de “tonitos”, sino una tragedia con raíces profundas: la desigualdad, la exclusión y la injusticia social.
No es momento de banalizar ni sacar provecho político. Es momento de actuar con sensatez, exigir una investigación rigurosa y seguir insistiendo en los cambios estructurales que necesita nuestro país.
Fuerza para la familia del senador Miguel Uribe. Esperamos su pronta recuperación y que este doloroso hecho no se sume a la larga lista de tragedias que ha vivido Colombia.
Que la violencia no siga marcando el destino político de nuestra nación.