No podemos seguir viendo a nuestros campesinos solo como productores de materias primas.Tenemos que acompañarlos, apoyarlos y capacitarlos para que vayan más allá: para que transformen lo que producen, para que le agreguen valor, lo mercadeen, lo administren, lo conviertan en empresa.
Porque si bien los llenamos de muchos discursos y programas, en la práctica no los estamos llevando de la mano como se necesita, brindándoles garantías reales que fortalezcan su labor. El campo no solo se defiende, ¡se construye con herramientas reales!