También, hicimos un llamado a reactivar las 800 plazas de mercado inactivas en Colombia, que podrían convertirse en espacios de vida para nuestros campesinos, sin necesidad de construir nuevas infraestructuras.
Necesitamos que las administraciones entiendan que no basta con apoyar a las grandes superficies y cadenas de almacenes; hay que darle la mano a quienes con esfuerzo colectivo mantienen vivas las plazas de mercado y los mercados campesinos.