Colocamos el claro ejemplo de un modelo que sí funciona, con dificultades, pero funciona, y es el desarrollado en la Colonia Penal de Oriente en Acacías. Allí las personas privadas de la libertad trabajan, estudian, producen. Hay dignidad en el alimento, hay ocupación del tiempo, hay salud mental.
La gran pregunta al Ministerio de Justicia, al Ministerio del Interior y al INPEC es: ¿por qué no hemos replicado este modelo en todo el país? ¿Por qué seguimos apostándole al encierro?